SOLSTICIO PARTE II:

DISTINTAS MIRADAS SOBRE LA CONEXIÓN ENTRE EL SOL Y NUESTRA SALUD

El solsticio de invierno es la noche más larga y el punto de la órbita del hemisferio sur en que estamos más lejos del sol. Desde siglos atrás, nuestras culturas americanas han celebrado esta fecha con distintos ritos, situación que también se repite en el hemisferio norte pero en sentido inverso: cerca del 20 de junio se recibe el verano con fiestas y la llegada del invierno en diciembre coincide con otras festividades religiosas como la Navidad. Pero más allá de la fecha, surgen en estos días diversas reflexiones en torno a nuestra relación cotidiana y también milenaria con el sol y su energía.

Plaza Oriente te comparte la mirada de la terapeuta ocupacional y académica del Instituto Karolinska, la chilena Margarita Mondaca, quien vive en Suecia hace 15 años y ha debido adaptarse a esta lejana relación con el sol. También te presentamos la mirada sobre esta dinámica del terapeuta energético espiritual y astrólogo Alexis Pereira, quien realiza talleres de meditación, y nos habla sobre la presencia y el impacto del sol en nuestra vida cotidiana desde el inicio de los tiempos.


Margarita Mondaca:

“La conexión entre la salud personal y el sol en Escandinavia es importantísima”

Este viernes 24 Suecia se viste de fiesta para celebrar el Midsommar, una fiesta tan importante que congrega a toda la nación y otros turistas europeos, quienes celebran vistiendo trajes regionales, haciendo picnic, comiendo papas y fresas. Bailan, cantan y visten coronas de flores para recibir al verano y a las criaturas mágicas que llegan con él.

Desde ese contexto festivo, la chilena Margarita Mondaca, terapeuta ocupacional, y académica del Instituto Karolinska, nos cuenta su experiencia con los solsticios desde que vive en Suecia hace 15 años.

Nos explica que allá el solsticio de invierno se celebra el 21 de diciembre, con la noche más larga del año. Ese día el sol sale un cuarto para las 9 de la mañana y se esconde alrededor de un cuarto para las 3 de la tarde, brindando a la población muy pocas horas de luz, disipadas -además- por la presencia de muchas nubes, por lo tanto se ve la luz, pero no necesariamente se ve el sol.

“El solsticio se celebra con alegría, porque vamos entrando a un tiempo más positivo”, relata Margarita y agrega que, como tradición, el solsticio coincide con la fiesta religiosa de origen italiano de Santa Lucía, que es el 13 de diciembre y se expresa en un festival de luces.

“En esa fecha se creía que, por ser la noche más larga, los demonios iban a plagar la tierra y los animales iban a poder hablar. Esto después se fusionó con historias cristianas y se asoció con una santa italiana que visitaba a los hambrientos en las catacumbas de Roma, y como se movía en túneles tenía que llevar una corona de velas alrededor de la cabeza. Después, en la historia sueca hubo un invierno muy crudo, con mucha hambruna y muertes, en la que vieron aparecer un bote que traía esta figura de una mujer con una corona de luces en la cabeza. Fue así que adoptaron también la tradición de la luz que les trajo salvación a ese invierno tan crudo y, desde entonces, se celebra Santa Lucía los 13 de diciembre, una fecha en que está oscurísimo, hace un frío tremendo, y los niños en los jardines infantiles a las 7 de la mañana se visten de blanco con un cinturón rojo y una corona de luces en la cabeza. Ellos cantan, se hace una procesión y se toma un vinito caliente. Esta fiesta es preciosa. También hay coros en las universidades y se hace un pastelito especial con azafrán, que tiene una forma especial, así como un signo de la eternidad. Es realmente una fiesta de luz”.

¿Cómo profesional de salud, qué conexión observas entre el sol y el bienestar personal?

La conexión de la salud personal y el sol aquí en el hemisferio norte tan arriba, en Escandinavia, es importantísima y se refleja mucho en el comportamiento social. En invierno la gente está mucho más vestida de oscuro, ensimismada en su mundo y ansiando la luz. En diciembre más de 2 millones de suecos viajan a países del sur para tener sol, porque la falta de sol y la falta luz, como es tan extrema aquí, genera un tipo de cansancio bastante particular. Como si el cuerpo tuviera la tendencia a replegarse, ir a acostarse, estar en la casa. Y después, cuando esto se invierte con la llegada del verano, también se expresa mucho en la conducta. Cuando hay rayos de sol, aunque sea invierno y haya nieve, los suecos se ponen en fila para tomar el sol. Es como si uno fuera un teléfono y necesitara cargarse las baterías.

Como chilena, ¿cómo te ha afectado, ha sido positivo o negativo?

Al principio cuando yo llegué a vivir a Estocolmo fue en invierno y para mí la oscuridad fue un choque. Pasé meses mirando la ventana. A las 3 de la tarde era noche, pero además veía que la gente seguía su vida en la noche: los niños salían de la escuela, la gente iba a comprar, los abuelitos andaban solos con sus bastones. La vida continuaba, porque no se puede parar toda la actividad del país por eso. Eso fue como un choque de adaptación bien grande.

Después, con el paso de los años, uno adopta una rutina de trabajo y ahora no tengo ningún problema con el invierno. Me gusta esto de replegarse en el hogar y de tener velas en la casa o prender la chimenea, uno se concentra mucho en la vida familiar.

En cambio, en verano o primavera es el otro extremo. Hay días de una luminosidad increíble y muy poquitas horas de noche, ya que no oscurece totalmente: es como el atardecer y después comienza amanecer. Los pájaros están toda la noche cantando, porque están desorientados con la luz permanente. Hay partes, sobre todo en el norte de Suecia, en que hay días seguidos con luz y sol, sin noche. Para mí, el tema de la luminosidad me ha afectado en lo físico, como que el cuerpo en forma natural cuando hay más luz se mantiene más despierto, entonces duermo menos. El cuerpo se demora en ajustarse para cualquiera de los lados: se agota con la oscuridad o se exalta por tanta luminosidad.

Yo tolero bastante bien el invierno, me agoto un poco más en la primavera, porque todo pasa muy rápido y siento esa necesidad interna de decir “es tan corto, dura tan poco, que tengo que aprovechar de estar afuera”. Me sobreexijo de tener que aprovechar este sol más física y biológicamente. A las personas que somos nacidas en lugares donde hemos estado más expuestos al sol, y especialmente a los niños, se les recomienda tomar una dosis permanente de vitamina D.

¿Qué vives en Suecia cuando acá estamos celebrando el inicio del invierno, qué tradiciones se expresan?

En el solsticio de verano, que es el 25 de junio, se celebra el Midsommar, que es la fiesta sueca más importante, se celebra en todos los rincones. Se levanta una figura adornada con flores con los colores de la bandera y con una forma bien fálica, se baila alrededor de este símbolo de la fertilidad y la luz. La gente usa el traje tradicional más característico. Se celebra en parques abiertos, se hace picnic, se come torta con frutillas y es un día hermoso, largo y de comunidad, ya que se celebra con vecinos.

En mayo, dando la despedida al invierno, se hace una fiesta llamada Valborg: también es en torno a la luz. Los scout recogen todas las ramas secas y hacen una fogata gigante comunitaria. En torno al fuego, despiden el frío, lo gris, la oscuridad y dan la bienvenida a tiempos más cálidos. La gente decora los caminos con linternas de luces y uno encuentra como que ha estado encerrado todo el invierno en su casa y ahí se encuentra con vecinos, con gente de la escuela de los hijos, y se toma algo caliente.

De todas maneras, a mí el Midsommar, o fiesta de la mitad del verano, me da un poco de pena, porque desde ese día en adelante los días se empiezan a acortar. Justo después de ese día ya empiezan a disminuir minuto a minuto las horas de luz, lo que en una semana se siente. Entonces, yo me deprimo un poco, porque pienso que empieza la cuenta regresiva hasta que se pone oscurísimo.

Alexis Pereira:

“El invierno es un tiempo que nos llama a reconectarnos con nosotros mismos"

Para Alexis Pereira existe una conexión profunda entre la vida del planeta y la vida personal de los seres humanos en su relación con el Sol. No solo porque tanto la Tierra como el centro de nuestro Sistema coexisten hace millones de años, sino también porque la vida y la existencia de cada ser en la Tierra depende de esa distancia precisa que tiene el planeta con el astro alrededor del que gira cada año.

Este profesional es terapeuta energético espiritual, astrólogo, y realiza talleres y clases de meditación entre otros temas. Se tituló como médico veterinario, pero en 2017 inició lo que él llama un camino espiritual. Así llegó a un centro llamado Piedra Luna Mágica y comenzó a trabajar en áreas que -desde el mundo de la salud- se conocen como terapias complementarias: Reiki, canalización y registros akashicos.

Al ser consultado sobre la relación de la salud personal con el sol, nos dice que como seres humanos, las primeras familias homínidas ya veían los árboles y el sol en el cielo, y sentimos que mirarlos nos da luz y calor. “Desde siempre, desde el inicio de la vida en la tierra, el sol ha estado ahí, por ende para todos los seres de este mundo el sol y la luna han sido parte importante de nuestra cultura, de nuestros ciclos. En muchas culturas, la Mapuche, Maya, Nórdica, Vikinga, Egipcia, todos o la gran mayoría de ellos, tienen a un dios padre y generalmente es el sol, que rige los ciclos anuales.

Gracias al sol podemos saber las estaciones del año y existen otros atributos que nos entrega el sol, como el calor, la vida, la expansión. El hecho de brillar y de entregar luz a otros como concepto también lo hemos adoptado y desde un sentido espiritual eventualmente también tenemos que desbloquearlo. Conocer el signo solar, por ejemplo, nos ayuda a entender cuál es nuestra esencia, nos hacer ser conscientes de la energía desde la cual yo ilumino, la cual yo expando para otras personas y así también encontrar un propósito para mi vida. El signo solar desde la astrología es muy importante, para poder tener un sentido consciente de todo nuestro proceso en la vida.

Y en ese contexto ¿qué pasa con el ser humano en invierno, desde tu mirada?

Pensémoslo desde una perspectiva sistémica del Universo: sin el sol no hay vida, ni calor. Literalmente nos congelamos. Y lo que pasa en el invierno es que se va el sol entre comillas, y al recibir menor cantidad de rayos de sol quizás no necesariamente agotamos nuestra energía vital, pero si nos adaptamos a ese ciclo de otoño-invierno. Es como una metáfora: cuando estamos en otoño, así como se secan las hojas, para poder alinearnos a la energía lo que tenemos que empezar a hacer es una introspección y decir “en este año qué lo que es lo que se está secando de mí o qué es lo que tengo que soltar de mí, al igual que las hojas del otoño”.

Y en el invierno, los árboles necesariamente ya no tienen hojas sino que se están recuperando para la primavera y la renovación que implica. El invierno nos llama también a descansar, a estar un poco más pausados, a decir: bueno este es un tiempo para poder reconectarme conmigo mismo para hacer una introspección, para “congelarme” y así ver qué es lo que está sucediendo conmigo adentro.

Esto nos permite luego, en primavera, el poder comenzar a florecer energéticamente: ver cuáles son mis nuevos desafíos, mis nuevas habilidades, qué es lo que aprendí en estas dos estaciones del año previas. Ese sol primaveral nos habla de buena salud, de disfrutar la vida, de sacar ese niño interno a jugar. En primavera y verano la gente anda más feliz . El sol nos conecta con esa alegría y si también integro ese proceso más caluroso conmigo y mi salud también estaré mejor. Tener una buena relación con el sol también nos ayuda a sentirnos mucho mejor.

Yo viví en su momento en un departamento que no le llegaba sol. Estaba mirando hacia el sector sur y más encima rodeado de otros edificios, no me llegaba sol en ningún momento del día y creo que me ayudo quizás a estar más en introspección, pero yo no podía seguir viviendo ahí, porque no podía conectarme con ese otro lado más alegre, más dichoso.

¿Qué efectos negativos o positivos tiene distanciarnos del sol?

Estando en un lugar oscuro y frío por mucho que se utilice calefacción uno no siente lo mismo que estar al sol. De hecho hay muchas prácticas de yoga que también se hacen al amanecer para recibir la energía del sol y para estar más conectados con nosotros mismos, con nuestra alma y con los mismos ciclos naturales de la tierra.

Ojalá nosotros como humanos nos empecemos a coordinar o alinear con los ciclos del año, a hacer el trabajo emocional que corresponde a cada época del año. El sol es central tanto en la astrología, como en las filosofías o en las civilizaciones antiguas. Todas las filosofías tienen al sol ya sea como dios padre o como elemento muy importante. Y es así, porque sin el sol nos congelamos y no existe este mundo; por ende, si nosotros tampoco nos conectamos con nuestro sol interno ¿cómo vamos avanzar en esta vida? Nos vamos a quedar eventualmente congelados si es que nosotros no nos conectamos con aquella energía espiritual o con aquella energía o emoción que nos ilumina por dentro.

UNA NUEVA VUELTA AL SOL Y SUS EFECTOS EN LA SALUD

Los equinoccios y solsticios con sus correspondientes cambios de estación, no pasan desapercibidos para nuestro Planeta. En Chile, incluso, la llegada del invierno se consagró como un feriado que conmemora el Día de nuestros Pueblos Originarios. En este artículo te contaremos cómo viven esa fecha las distintas culturas presentes en nuestro país y también desde el Programa Saludablemente Oriente te entregaremos consejos para potenciar nuestra salud mental mientras transitamos como Hemisferio Sur desde nuestro punto más lejano al sol, el Solsticio de Invierno, a la llegada del verano, impulsando en nosotros y nuestro entorno conductas protectoras de nuestro Bienestar.

La renovación de la vuelta al sol y su relación con nuestra Salud

En los planes escolares antiguos era parte infaltable de la clase de Geografía los movimientos de traslación y rotación. La materia se pasaba hasta a los niños más pequeños. Aprendíamos que la tierra rotaba sobre su eje y que el planeta seguía un caminito, llamado órbita, que lo alejaba o lo acercaba del sol. Gracias a eso existían las estaciones del año.

Así, el solsticio y el equinoccio llegaron a ser parte de nuestro inconsciente colectivo, y empezamos a relacionarlos con las 4 estaciones del año: verano, otoño, invierno y primavera; con el frío y con el calor, con las comidas específicas como las legumbres en invierno, sandías y melones en verano, la uva y la fiesta de la vendimia en marzo, entrando el otoño.

Pero más allá de los cambios en nuestra vida cotidiana (menús, tipo de ropa o dinámicas familiares) y considerando que este 21 se inicia el Solsticio de Invierno, y que a su vez se celebra el Día de nuestros Pueblos Originarios, Plaza Oriente quiso abordar la profunda conexión entre el ser humano, su espiritualidad, su salud mental y su relación con el sol.

En Chile, una de las celebraciones de este hito más conocidas es el Wiñol Tripantu o retorno de la salida del sol renovado, que conmemora el inicio del Año Nuevo Mapuche. Beatriz Painiqueo, asesora intercultural del Programa PESPI dependiente del Departamento de Gestión Usuaria y Participación, nos explica que en este periodo, que se produce por lo general entre el 19 y 21 de junio de cada año, se da un notorio cambio de ciclo de la naturaleza. “Esto para el mapuche implica sumarse a renovar energía del cuerpo, de la mente, la ropa, el hogar; todo tiene que ver con la limpieza, con la sanidad, con la salud. Hay que velar por el cuidado como seres vivos y el agua, que es lo que nos va a limpiar, lo que se lleva las enfermedades”. Agrega que en un lof o comunidad donde hay todavía riachuelos y esteros, la llegada del invierno con la lluvia hace que estos esteros revivan “El porhenko, el traienko, el witrunko viene desde los cerros y baja para limpiar, para llevar las impurezas” agrega.

En ese sentido, agrega que es muy importante consumir alimentos naturales de temporada; nutritivos, alimentos que den energía, que ayuden a equilibrar el sistema inmunológico, que den fuerza. Por lo tanto, la noche en que ocurre el solsticio se preparan distintos productos de la tierra como mvltrun (trigo cocido molido y apanado que antes se hacía con cebada), cazuelas de achawall (pollo) combinado con hierbas medicinales, con champiñones, ñegvm, diweñe; también tortillas al rescoldo, kofen poñi (papa cocida al rescoldo), kofen pengka (zapallo cocido al rescoldo), o frutas cocidas al rescoldo. “La idea es hacer prevalecer la bondad y reciprocidad con la naturaleza, que nos sostiene con vida, con buena salud, porque cada elemento que nos sostiene tiene un cuidador ya sea femenino o masculino y con ellos se comparte el kvme mongen, el buen vivir o vivir diario”, puntualiza.


Según el Ministerio de la Cultura el pueblo Aymara celebra el Machaq Mara (año nuevo) o Mara Taq’a (división del año), una ceremonia ancestral en que los pueblos andinos festejan el solsticio de invierno al amanecer, cuando los rayos de Tata Inti (el padre sol) llegan a la Pachamama (la madre tierra) para iniciar un nuevo ciclo en la vida de la naturaleza y las personas. El hito simboliza el retorno del sol y la recepción de nuevas energías cósmicas y la celebración consta de comidas especiales, lecturas de leyendas y elaboración de manualidades como ofrenda, porque los pueblos andinos iniciarán un nuevo ciclo agrícola de sembradío.

En el norte, algunas instituciones están empezando a celebrar esta festividad, por ejemplo, en Iquique, algunos establecimientos educacionales han desarrollado actos en torno a este tema para educar a los alumnos en actos con pertinencia cultural.


Por parte de los quechuas, la celebración es conocida como el Inti Raymi y es una ceremonia andina que se festeja en el antiguo territorio Inca que comprendía países actuales como Perú, Ecuador, Bolivia, Argentina, Colombia y Chile. Se celebra en honor de Inti, el dios sol, cada solsticio de invierno. El centro de la celebración es la ciudad de Cusco, en Perú, y consiste en un espectáculo costumbrista que concita participación masiva entre turistas y cusqueños que presencian una invocación al sol. En Chile, se celebra en algunos pueblos del norte y en museos históricos con mesas ceremoniales para purificación, ofrendas de música y danza, dádivas de palo santo, pétalos de flores, arroz y naranjas.

Rapa Nui y su relación con la luna y el sol

Una de nuestras comunas de la Red Oriente es la de Rapa Nui, cuya comunidad estos últimos años se ha abierto a la tradición desde el momento en que el 21 de junio se instauró como Día de los Pueblos Originarios. En ese contexto, la fiesta se conoce como el Matahiti Apī (año nuevo).

El arqueólogo Rafael Rapu, quien vive en Rapa Nui, explica que desde hace poco tiempo el tema del solsticio se ha instalado en la Isla, como una forma de sumarse a la celebración como Pueblo Originario. Desde ese punto de vista, existe la arqueoastronomía que vincula los estudios de otras culturas latinoamericanas y su relación con el movimiento de la tierra en relación con las pléyades, que son el cúmulo de estrellas más cercano a la tierra.

No obstante, explica, el solsticio es propio del calendario solar, mientras que la cultura Rapa Nui tradicional se relaciona con el calendario lunar. Desde ese punto de vista, incluso el nombre de los meses se relaciona con el calendario solar “y cuando las personas hablaban con los más ancianos ellos no preguntaban qué día de la semana era, ni en qué mes estaban, sino cuántos días faltaban para la luna llena”. En ese sentido, Rapu no considera que como conducta el solsticio sea tradicional en Rapa Nui, ya que para eso se necesita una conducta que se replique con una frecuencia en el tiempo, y lo del solsticio lleva solo una década. Por eso, aunque recalca que, pese a que su posición es crítica a la celebración del solsticio, entiende la necesidad de la Isla de generar nuevos hitos que les permitan desarrollar proyectos que potencien el turismo.

Finalmente, respecto de otras culturas los pueblos Colla, Chango y Diaguita conmemoran la fecha como “solsticio” o “año nuevo” y el pueblo Lickanantay celebra el “cambio de ciclo”. El Ministerio de la Cultura también explica que los grupos tribales afrodescendientes chilenos también festejan este acontecimiento en Arica y Parinacota con la celebración del “San Juan”, mientras que los pueblos australes Kawésqar y Yagán, dada su ubicación geográfica y el ecosistema que habitan y que determina su concepción del tiempo y del espacio, vinculado íntimamente a fiordos y canales del extremo sur, mantienen una relación diferente con los ciclos de la naturaleza y, por tanto, sus celebraciones son otras.

Como potenciar nuestra Salud Mental mientras nos acercamos al Sol

En esta temporada estacional, cuando los días son más cortos y experimentamos una mayor falta de luz, algunas personas pueden ver afectada su salud mental por el cambio en la estimulación lumínica. Lo que ocurre en estos casos, es que se produce un desequilibrio bioquímico a nivel cerebral, que se traduce en la desregulación del ciclo sueño-vigilia y del estado de ánimo. Estos cambios temporales en nuestra biología, podrían relacionarse con cambios en nuestros hábitos o experimentar emociones depresivas que quizás no solemos tener o que se ven intensificadas por este motivo, según explica la psicóloga del Programa Saludablemente del Servicio de Salud Metropolitano Oriente, cuyo propósito es acompañar a los equipos de la red en el ámbito de salud mental.

Agrega que mientras se de una mayor restricción a la exposición de la luz solar, nuestro organismo se podría ver afectado por una menor producción de serotonina, que es el neurotransmisor que regula el ánimo, así como a una sobreproducción de melatonina, que es la hormona que regula el ciclo sueño-vigilia. Esta puede ser la razón por la que la población se sienta más somnolienta u observar una baja en su energía para realizar las actividades habituales, teniendo mayor dificultad para concentrarse.

Nuestra motivación también se puede ver afectada: podríamos perder interés en actividades personales o sociales que nos animan, así como sentirnos ansiosos e irritables, experimentando cambios en nuestra alimentación que desemboquen en un aumento del peso corporal.

Si estos cambios se dan de manera intensa y por tiempo prolongado podrían estar relacionados con una condición de salud, por lo que es recomendable consultar con un profesional de la salud mental. Por eso, comenta la profesional, es importante poner atención y ser consciente de estos cambios, lo que puede ayudarnos a mantener un mayor bienestar físico y psicológico.

Para cuidarnos en esta temporada, te sugerimos poner atención a los hábitos que estás llevando y que puedas generar cambios conscientes que ayuden a mantener un estado de mayor bienestar a nivel físico y psicológico. Para ello, te dejamos algunos consejos:

Potencia tu nutrición

La alimentación es nuestra fuente principal de energía, y a través de ella podemos mejorar nuestra forma de enfrentar las deficiencias nutricionales que podemos experimentar en este período, por lo que es importante que podamos poner énfasis en una ingesta vitamínica y de alimentos que nos generen saciedad de forma más saludable (granos, proteínas y alimentos ricos en fibra). Además, comer los alimentos naturales que más nos gustan, abre una experiencia de placer que impacta positivamente en nuestro bienestar.

Te sugerimos que evites usar infusiones con componentes estimulantes (como café o mate, por ejemplo) que busquen activarte o relajarte de manera artificial, pues esto dificultará aún más la regulación natural que necesita nuestra mente y cuerpo.

Marca los tiempos de descanso y activación

Busca y facilita un buen descanso nocturno, evitando las siestas y marcando un horario habitual para despertar de mañana y para ir a dormir por las noches. Esto ayudará a tu cuerpo a cuidar la vitalidad con la que desarrolles las actividades que te propones en tu día a día y facilitará una mejor atención y concentración.

Procura buscar actividades relajantes cuando ya falten una o dos horas para ir a dormir, de manera que ayudes al proceso de conciliación del sueño.

Ilumina tu día

Coordina tus actividades con las horas de luz natural, para que puedas aprovechar al máximo ese tiempo de estimulación lumínica. Puedes comenzar tu día abriendo las cortinas del lugar donde estás y realizar tiempos de descanso en los que puedas salir al aire libre y disfrutar del sol. No te olvides de usar protector solar, aún en esta época del año.

Aprovecha los buenos momentos

Cuando sientas que tu ánimo está en un buen momento, realiza actividades que te gustan y busca algunas interacciones sociales como hacer un llamado, quedar con alguien para compartir una actividad, o tener una buena conversación donde puedan reír o hablar de lo que están viviendo.

Por otro lado, puedes aprovechar este mejor momento para hacer alguna actividad deportiva o simplemente mover un poco el cuerpo, pues esto ayuda a la activación, y también a generar un cansancio saludable para la regulación del ciclo sueño-vigilia.

Busca ayuda

Recuerda que si ves que te cuesta hacer frente a lo que estás sintiendo, puedes buscar ayuda profesional para comprender mejor lo que estás pasando y tener una orientación especializada para abordar este momento.

Siempre es recomendable compartir con otras personas de confianza cómo nos sentimos, y hacernos conscientes de lo que nos está pasando para así movilizarnos hacia un mayor bienestar, tomando decisiones y acciones saludables sobre nuestra propia vida.